10 trucos para adelgazar para siempre
Hay varias formas de adelgazar. La típica es ponerte a dieta, restringirte para que con un déficit calórico pierdas peso. Vamos, la dieta hipocalórica de toda la vida.
Pero... ¿esto te aportará beneficios a nivel físico y de peso? Sí. Pero de salud física y mental, probablemente no.
En primer lugar, cuando haces una dieta hipocalórica tu cuerpo va a perder peso. Es decir, grasa y masa muscular. Tu cuerpo, que siempre lucha por tu supervivencia, al detectar un déficit calórico y probablemente de nutrientes, se pondrá en alerta y se deshará de parte de tu masa muscular.
¿Por qué ocurre esto? Porque el músculo es de los tejidos más caros de mantener en el cuerpo. Y, como vela por tu supervivencia, necesita energía para garantizar que todos los procesos vitales se puedan llevar a cabo mientras dure la “escasez nutricional”.
Por otro lado, te afectará terriblemente a tu relación con la comida. Ni tu cuerpo, como hemos visto, ni tu mente, están preparados para vivir en restricción.
Cada vez que te prohibes algo, estás generando un mayor deseo del elemento prohibido. algo que te conduce inevitablemente a consumirlo. Y al hacerlo, te habrás fallado nuevamente a ti y al objetivo que te habías propuesto. Si mantienes esto en el tiempo, tu autoestima se verá mermada y permanecerás en el eterno ciclo sin fin de las dietas.
El flujo es este: 1. Restricción > 2. Atracón
Y un último punto, es que destrozarás tu metabolismo. Las dietas hipocalóricas mantenidas en el tiempo hacen que tu metabolismo se ralentice. Nuevamente tu cuerpo te está protegiendo: menos densidad nutricional, menos energía. Por lo que tendrás menos ganas de entrenar y moverte, algo que te va conduciendo a un déficit de tu musculatura.
Como ves, si le aplicas un poquito de lógica, las dietas no son lo ideal para alcanzar un cuerpo equilibrado, un peso ideal ni una autoestima saludable.
Aquí te dejo 10 pautas que te permitirán alcanzar tu bienestar 👇🏻
- No hagas dieta.
- Utiliza la regla 80/20.
- Come 2 o 3 veces al día- y entre medias bebe mucha agua.
- Reduce los carbohidratos simples.
- Muévete a diario. No hace falta que te mates en el gimnasio con duras sesiones de entrenamiento (si lo haces, genial).
- Si tienes hambre, come.
- Encuentra una motivación intrínseca.
- Disfruta comiendo y cocinando.
- Planifica tus comidas.
- Aprende a diferenciar entre hambre física y hambre emocional.
Por último, aclarar que en esta vida, no debemos categorizar nada, no hay nada bueno o malo.
Las dietas hipocalóricas controladas, acotadas, conscientes y utilizadas como estrategia puntual, podrían ser ideales para una persona con un objetivo claro en un momento determinado.
El problema radica no en “lo que se hace”, sino en “desde dónde se hace”.
Haz cosas que te conduzcan a sentirte bien contigo mismo/a, tu cuerpo es sabio y sabe lo que necesita, escúchalo.